Así es, siempre al cabo de cualquier día hay algún momento en que uno al recordar no deja de sonreír por la anécdota acontecida, en cualquier momento;hoy por ejemplo contaré la que me ha pasado a mi..explico:
Al levantarme y mirar el día que hacia, observe que estaba a punto de llover, el cielo aprecia lleno de unos nubarrones mas negros que las almas de algunos, por lo que decidí,ponerme unas zapatillas de cuero para ir a hacer mi carrera matinal, al querer calzarme las zapatillas, note que estaban resecas y muy duras , por lo que las quise ablandar con una crema especia que hay para el cuero, pues bien como es normal, la cajetilla de la crema estaba tan seca como mis zapatillas,por lo que opte de irme a la nevera y cojer un poco de tocino y así con eso, frote energicamente sobre la piel áspera de mis zapatillas, logrando al fin ponerlas en disposición de correr con ellas. Salí de casa con paso ligero como cada mañana,pero mi sorpresa fue que el perro de mi vecino se me unió a mi,pensé,mira, este también le gusta hacer un poco de ejercicio por la mañana,dos manzanas mas adelante hay en una torre dos ,Samoyedos que normalmente estan juntos sentados delante de la estrada de carruajes,me miraron, mejor dicho, nos miraron y no fue mi sorpresa que también se unieron al grupo,todos detrás de mi yo ya empecé a recelar y más cuando que no llevaba ni un kilómetro recorrido se habían agregado al grupo dos caninos más, quede perplejo, nunca me habia pasado nada igual, me pare un momento a descanasar, sentándome en un banco y nada mas fue sentarme , me rodearon completamente los chuchos y no paraban de lamerme las zapatillas...lo vi claro estaban detrás del tocino en que había yo hablandado las zapatillas. Pues esta fue la anécdota del día, si nos ponemos a pensar no hay día en que de una manera u otra tengamos una.
palabras
martes, 25 de septiembre de 2007
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